viernes, 1 de agosto de 2008

Si yo tengo la razón, y no hay oposición, no me quedo con las ganas de:

  • Crear un movimiento porque sí, con la finalidad de darle coraje al mundo y demostrar que todo es posible,
  • comer chocolate amargo una tarde de verano,
  • tomar mate con café cuando tengo insomnio,
  • pedir turnos al dentista a los que nunca voy,
  • comprar esa pequeña pavadita femenina con mucho brillo y color que sabés que nunca vas a usar, pero es tan divina que tenés que comprarla sí o sí,
  • rascarme la panza en el colectivo,
  • esperar el colectivo y dejarlo pasar cuando llega,
  • parar el colectivo sobre el límite, para ver si el chofer es buena onda o no,
  • saltar el cordón de la vereda como si tuviera 5 o 6 años,
  • pedirle a mamá que me haga upa y me rasque la espalda,
  • caminar por las parecitas de las casas haciendo equilibrio,
  • caminar por el cordón de la vereda haciendo equilibrio,
  • caminar en una sola línea haciendo equilibrio,
  • caminar sin pisar las líneas,
  • cruzar la calle por la senda peatonal, pisando sólo las líneas blancas,
  • hacer una lista de cosas que me gusta hacer sólo por tener la razón,
  • preguntar a todos los oh! mandriles cuáles son las cosas de las que no se quedan con ganas de, si tienen la razón y no hay oposición.

5 porque sís

fed dijo...

pues creo que yo no me quedo con las ganas de casi nada lau, por eso cofundé con usted el movimiento. Si tengo ganas de cantar canto, si tengo ganas de bailar bailo, hago también equilibrio sobre cordones, líneas imaginarias, doy pasos de equis cantidad de baldosas, juego carreritas con la gente mientras camino, tiro un taco cuando juego al fulbo si lo creo necesario, grito cuando quiero gritar, estornudo como quiero, me rasco cuando y donde quiero,

a veces creo que somos demasiados libres.

A veces creo que el día que me vuelva protocolar también porque sí no me habré quedado con las ganas de hacer nada.

l dijo...

Ah!! Jugar carreritas con la gente!!
A mí me gusta pensar que voy tejiéndome entre la gente... raro el concepto?
Yo sería la aguja, y voy entremezclándome entre la gente, a la que voy "tejiendo". Se entiende?
Y eso, como soy tan petisita, a la gente le caigo de sorpresón por los costados...
Único requisito, tiene que haber mucha gente en la calle.

Es divertido. Y no cuesta nada :D

Gabb dijo...

Está bueno poder hacer frente a las miradas inquisidoras y no quedarse con las ganas...
Me identifico mucho con: "comprar esa pequeña pavadita femenina con mucho brillo y color que sabés que nunca vas a usar, pero es tan divina que tenés que comprarla sí o sí" y "caminar por el cordón de la vereda haciendo equilibrio". Me pasa también eso de correr carrerita secreta con el resto de los transeúntes; mirar a la gente a la cara y encontrarle parecido a todo el mundo (heredado de mi padre jaja) y cuando los miro me imagino la vida de esa persona, o sea, trato de pensar a que se dedicarán, como serán, etc....Lo mismo hago en el bondi, miro a la gente y les invento una vida...
Tampoco me quedo con ganas de intentar tener la última palabra, porfiada la pibita jeje...
Me copé con la propuesta, una forma de racionalizar mis impulsividades, nunca lo había pensado así, hay mucho por lo visto de lo cual no me privo, iuuupiiii

Abrazos!!!!

Mina Sousa dijo...

hola fdr solo una pregunta, aparte de decirle q su blog esta bno, usted, como llego a el? saludos. mina

Siesta escandalosa dijo...

Mis límites son las reglas laborales y las económicas. En todo el resto soy muy malcriada.